A metros de la autopista Ezeiza-Cañuelas hay un terreno fértil en el que las semillas no paran de dar frutos. El River Camp es el lugar donde crecen las promesas que con el paso del tiempo generan orgullo en Núñez. La producción es 24/7 durante los 365 días del año y en este 2023, después de la aparición del Diablito Echeverri, empieza a asomar un nuevo apellido que ilusiona: se trata del sanjuanino Diego Guallama, autor de un doblete en el triunfo del equipo del Pichi Escudero por 2-0 frente a Colón.
En la misma cancha donde hace pocas horas el Burrito Ortega regaló una vaselina exquisita y el Senior de River gritó campeón, el sanjuanino también hizo de las suyas. Primero con una definición de derecha y después de volea con la zurda, el nacido en Santa Lucia hace 19 años empezó a mostrar su repertorio, con Matías Suárez como espejo por su «juego, calidad e inteligencia».
Con tres goles en los últimos dos juegos (había anotado de cabeza en el 1-1 frente a Talleres), apenas lleva 10 partidos en el equipo del Pichi y disfruta del guiño que le hizo el destino para poder llegar a Núñez: en 2017, mientras era el 9 de Alianza, cazatalentos de River que estaban en la tribuna quedaron deslumbrados por su actuación ante Trinidad y no dudaron en llamarlo.
«Vine a Buenos Aires y estuve dos semanas a prueba. En ese lapso, jugué dos amistosos, contra Defensa y Justicia y Platense, y convertí un gol. Estaba nervioso, pero con fe. Cuando me dijeron que había quedado, fue una de las mayores alegrías de mi vida», contó el chico en charla con el sitio oficial de River.
Goleador en Quinta (18 gritos), el año pasado le tocó dar el salto a Reserva y festejó su primera conquista ante Patronato. «Soy rápido, tengo gol, aguanto bien la pelota y me gusta tirarme atrás para conectarme con los volantes y participar en la presión para recuperar la pelota y ayudar al equipo», se autodefinió el chico, que cumple al pie de la letra lo que le pide el Pichi: «A la hora de recuperar la pelota, los delanteros tenemos que ser los primeros defensores. Cuando estemos de espalda tenemos que aguantarla, rebotar y terminar rápido la jugada».
De familia numerosa, papá Enrique, mamá Paola y sus cuatro hermanos (Rocío, Daniel, Franco y Mariano) le dan fuerza que necesita para seguir superándonse en la búsqueda de cumplir el sueño de su vida, que es jugar en la Primera de River. Por lo pronto, Guallama se adaptó rápido al ritmo y rapidez de la Reserva mientras Demichelis lo mira de reojo.
«Tuve algunos entrenamientos y la experiencia es única. Ahí, se juega con otro ritmo y es impresionante la calidad técnica que tienen los jugadores. Para poder debutar en Primera, además de tener paciencia, debés esforzarte el doble todos los días», cerró.